en una tarde melancólica y nublada
romántico escenario para los enamorados
que van lentos de la mano tomados
siguiendo la ruta sinuosa de la calzada
mudo testigo de caricias y besos robados
Suspiros como lánguidas mariposas
surcando la leve brisa otoñal
buscando el seno de las rosas
con el aroma que las guía en señal
para libar su néctar amorosas
dejando su esencia en el rosedal
Embebido en mis contemplaciones
de los paisajes llenos de secas hojas
como alfombra dejada por el otoñal viento
apareció la figura de mis ensoñaciones
ay... señora, madre de mis congojas
venia acercándose a mí con paso lento
Saliendo de entre la bruma de un sueño
altivo el rostro de angelical belleza
enmarcado con rizos de color trigueño
coronando un cuerpo esbelto y sinuoso
que flotaba en su andar grácil y garboso
Unos segundos como una eternidad
la imagen tardó en cruzar por mi vera
unos segundos contemplé a la deidad
que bastaron para que la vida entera
se rindiera a su hermosura y voluptuosidad
El ambiente se impregnó de sus aromas
y a su mirada se entregó mi corazón
mis ansias como bandada de palomas
volaron tras de ella con desesperación
y una leve sonrisa suya me dejó sin razón
Trate de decir algo, un piropo o una flor
más de mi abierta boca no salió nada
mi manos temblorosas apretaron el dolor
mientras la miraba alejarse desenfadada
destilando en su paso su donaire y sabor
La vi pasar como una celestial aparición
tan solo unos segundos, una eternidad
en que fue mía en mi febril imaginación
unos segundos vi el rostro de la felicidad
para después desvanecerse de mi admiración
Tres años han pasado desde aquel día
y aun la recuerdo con imagen clara y viva
si en unos segundos la amé en mi fantasía
aunque todos los días la veo como parte de mi vida
sigo estando enamorado de ella todavía,
desde aquella tarde... cuando la vi pasar
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