Mientras por estos días el rey “Momo” y las “Marimondas” hacen de las suyas en la capital atlanticense, en donde celebran y se deleitan con el popular y tradicional “Carnaval” de Barranquilla, el Junior de Óscar Héctor Quintabani vivía su propio calvario al ser humillado y goleado en el estadio Atanasio Girardot por un Atlético Nacional, que dio cátedra futbolística y lo derrotó 4-1 con dos tantos del ex juniorista Macnelly Torres, uno de Carlos Renteria y el de la puntada final del juvenil Edwin Cardona, en un partido en el que de nuevo Nacional mostró en el terreno de juego velocidad, precisión, genialidad, brillo y sobre todo goles, con un promedio de dos tantos por partido, siendo el equipo que más goles ha marcado en lo corrido del torneo.
La escuadra de “Sachi” Escobar parece haber recuperado la memoria de un fútbol exquisito con el que los antioqueños se ufanaron durante muchas temporadas, reencontrándose con aquellos momentos de gloria y esplendor, que los etiqueto como el “Rey de Copas”, mientras que el Junior al parecer dejó su fútbol en las carrozas y comparsas que ambientan las calles de Barranquilla, porque en territorio antioqueño lució descompensado, sin oficio y sin la efectividad y eficacia, que lo ubicaba en los primeros lugares de la tabla de puntuación.
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